viernes, 22 de febrero de 2013

Reconfiguración del Sur de la Ciudad y Macrismo.

En esta nota, publicada por Marcha, @Ariel_Palombi aborda las transformaciones en el sur de la Ciudad producto de la política de planificación urbana del modelo macrista. 
Continuamos en esta entrega, una serie de producciones que nos permiten (re)pensar las políticas urbanas y sociales de Buenos Aires en una clave democratizante e inclusiva. 

Aquí la nota completa



Reconfiguración del Sur de la Ciudad y Macrismo.

Las transformaciones que llevará adelante la Gestión Pro en el Sur de la Ciudad de Buenos Aires podrían significar una reconfiguración del área, acentuándose la  lógica expulsora de los sectores populares de la ciudad.


Durante los primeros meses del año 2013, nuevamente la Gestión Pro que gobierna la Ciudad de Buenos Aires ha intentado avanzar en la aplicación de algunos proyectos que habían generado resistencias en los años anteriores. Los  conflictos que mayor repercusión pública tuvieron fueron el enrejamiento del Parque Centenario y el intento de avanzar en la construcción de un “metrobús” sobre la Av. 9 de julio.

Ahora bien, lo que nos interesa postular en este artículo es que la política de desarrollo urbano y vivienda llevada adelante por la gestión pro debemos estudiarla en su unidad, en relación al modelo de ciudad que propone  y sobre que sociabilidades se despliega.       En este sentido, existe un proyecto de ciudad excluyente, donde no siempre la política pública está caracterizada por la retirada del Estado o el vaciamiento de lo público bajo la lógica del neoliberalismo más clásico, sino que representa formas más complejas y cotidianas, donde si bien prima una tendencia hacia la expulsión de los sectores populares de la ciudad, no siempre de la mano de la coerción.

En este sentido, el conflicto de Parque Centenario y el de la 9 de julio están inmersos en un cronograma de obras que se desarrollará durante los próximos meses, en el sur de la ciudad especialmente. Algunas de la iniciativas en marcha son la instalación de una Terminal de Transferencia en la Plaza Tupac Amaru (ex Virreyes), la puesta en valor del Parque Indoamericano, la construcción de un “metrobus” sobre la Av. Cruz y la Av. Roca, la construcción, y posterior concesión, de una terminal de cargas en el Parque Roca, y el avance de las obras del Polo Farmacéutico en la comuna 8. Otras acciones son la construcción del Distrito de las Artes en la Boca, la instalación del Centro Cívico en terrenos pertenecientes al Hospital Borda y el proyecto legislativo “Mega Plan comuna 8”, presentado por el Diputado Cristian Ritondo, que propone un transformación integral de la zona.

A la vez, se planea profundizar la política de maquillaje urbano y control territorial dentro de villas y asentamientos. De esta forma, la gestión Pro se propone finalizar las obras de reurbanización de la villa 6 (Cildañez), consolidar la política de de construcción de portales de inclusión, y continuar con obras de  mejoramiento de fachadas y atención de emergencias dentro de estos barrios.

Creemos que la imagen que caracteriza a la actual gestión del Gobierno de  la Ciudad como hombre de negocios, dispuestos a todo para realizar su interés de clase, sin ninguna preparación, que destruyen la ciudad día a día, y propugnan el abandono del sur de la ciudad es profundamente errada. Esto no implica que no sean todas esas cosas a la vez, y otras también, pero la caracterización implica que puede existir una política sin sujetos. Como bien sabemos, la política pública es pública porque en el Estado se dirimen cuestiones socialmente problematizadas, en tanto éste, además de un aparato material, es una relación social.

Resulta sugerente que quienes sostienen esta caracterización (aunque también es sostenida por otras fuerzas políticas) sean quienes acordaron con el Marcrismo cambiarle la zonificación a los terrenos ferroviarios de Caballito, Liniers y Palermo, parte de la Isla Demarchi y la intensión de aprobar el Proyecto de Santa María de Solares del Plata, entre otras cosas.

Claramente existe una política específica del macrismo hacia el sur de la ciudad, que se encuentra dividida, por lo menos, en dos zonas. La primera es la más cercana al centro (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya), aquí se busca profundizar procesos de gentrificación (expulsión de ciertos sectores para que se asienten otros), y propugnar el desarrollo de distritos (Las Artes en la Boca y Tecnológico en Parque Patricios), generando la incorporación de suelo para el desarrollo inmobiliario residencial y comercial. La segunda está comprendida por los barrios de Villa Soldati, Bajo Flores, Villa Lugano y Villa Riahuelo, donde, excepto algunas zonas puntuales como Villa Riachuelo, se busca garantizar la gobernabilidad y presentar logros específicos de cara al resto de la ciudadanía.

Por otra parte, resulta fundamental poner en relación los proyectos que se están realizando en el sur de la ciudad con una marcada heterogeneidad de situaciones que existen en el área. En este sentido, los distintos contextos y órdenes urbanos existentes significan diferentes formas de producción y organización del espacio, donde operan sentidos de demarcación entre distancia social y proximidad residencial. Es dentro de estos intersticios donde el Macrismo opera, ya sea de manera simbólica o con proyectos concretos. Nótese que la política urbana del Pro se monta sobre sociabilidades existentes, reconfigurándolas y articulándolas en un discurso.

Creemos que estamos en los umbrales de una nueva etapa de despliegue del Macrismo en la Ciudad, donde la implementación de obras de importante magnitud en el sur de la ciudad, la articulación de una red territorial propia dentro de los sectores populares y la consolidación de cuadros técnicos y políticos con mayor cintura política son elementos que pueden ayudar a  llevar adelante grandes transformaciones que significarán un disciplinamiento del movimiento popular. Tomando la Comuna 8, por ejemplo, la articulación entre la puesta en valor del Parque Indoamericano, la ampliación de la experiencia del Metrobus, el avance del polo farmaceútico, la reurbanización del algunas villas pequeñas y la aplicación de maquillaje urbano en otras, la construcción de un Centro de Cargas y Transferencias y la posible implementación del mega plan comuna 8, podrían provocar profundas transformaciones de las zonas donde vive la población más vulnerable, acentuándose la lógica expulsora de los sectores populares de la ciudad.

Aunque es muy importante que existan resistencias en los barrios contra la implementación de algunos de estos proyectos, no parece alcanzar para lograr desarticularlos. Es más, en algunos casos, las organizaciones y vecinos terminan discutiendo cuestiones tales como si hay que poner rejas o no, si se talan árboles o no, en lugar de generar un práctica contrahegemónica en torno a qué ciudad necesitamos. El movimiento popular está llegando tarde y apurado a proponer resistencias al Macrismo, en parte esto se evidencia en la necesidad de recurrir a la justicia.

Una realidad política polarizada y superestructuralizada deviene en la falta de propuesta, iniciativa y unidad para reinventar una ciudad democrática y con derechos. De nosotros depende construir una política urbana distinta.

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